La industria pesquera supone para Galicia mucho más que un negocio. Se trata de un estilo de vida que repercute en la cultura local y en la economía en Galicia. Cultura de mar, mariñeira. Vida dura, en condiciones normalmente difíciles por la total exposición a las inclemencias del tiempo, por el estado de la mar, por los resultados de cada campaña…Las personas dedicadas a los duros oficios relacionados con el mar poseen un vínculo muy profundo que va más allá de una forma de subsistencia. Se trata de una manera de entender el mundo en el que familias enteras están involucradas manteniendo activo el tejido socioeconómico del litoral.

Un estilo de vida en Galicia: la pesca

La costa gallega está salpicada de ciudades, pueblos y aldeas que acaban sus calles en las rías. Es recurrente la imagen de las barcas y pequeños pesqueros de colores vivos, amarrados en los puertos locales. Abarloados, se balancean con la fuerza del viento que agita las aguas. Es común el olor a pescado seco al acercarse al muelle, especialmente cuando hay redes secándose o nasas apiladas al lado del amarre, listas para ser embarcadas de nuevo.

En las localidades más grandes, los puertos adquieren dimensiones épicas. El puerto pesquero tan solo forma parte de un todo inmenso en el que muelles para contenedores, factorías de construcción naval y empresas frigoríficas, se mezclan en el terreno ganado al mar con las asociaciones de mareantes, Aduanas, la Guardia Civil, la Policía Portuaria, Salvamento Marítimo y la propia Autoridad Portuaria. Con un sinfín de recovecos en donde se apilan palés de fuertes colores que recogen la lluvia tan característica de Galicia. Las enormes grúas de estiba ya avisan desde la carretera que el Puerto está ahí, presidiendo la ría.

Esta imagen recoge mucho más que las cosas. En ella están las personas que con más o menos suerte dedican su vida al mar. Como ya lo hicieron sus padres y madres. Y como ya lo hicieron, muy probablemente, sus abuelos y abuelas y los abuelos y abuelas de estos. Porque el mar, no es un trabajo, es un estilo de vida. Porque la pesca en Galicia es una tradición, un cultura que ha hecho a un pueblo curtido en el agua y la sal. Gracias a esos hombres y mujeres dedicados a alguno de los oficios más duros del mundo, el resto disfrutamos de los manjares que los océanos y mares nos ofrecen.

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer en este mes de marzo, queremos dedicar un espacio a resaltar la importancia del trabajo de estas personas, en especial, a las generaciones de mujeres dedicadas al sector pesquero.

 

Ellas son la clave de todo: la cultura y la economía de Galicia

Las mujeres ejercen el doble papel de trabajadoras y cabezas de familia, para todos los efectos. Porque, aunque no suelen ser ellas quienes aportan el sueldo principal en las familias de la industria pesquera, sí son ellas las que mantienen el núcleo familiar diariamente durante las largas campañas de pesca. La presidenta de la Asociación de Mariscadoras Virxen do Carmen de Arcade, Rosa Vilán Blanco, explica que “El marisqueo aquí (en Galicia) siempre fue de mujeres. Antíguamente es como si la mujer llevara un extra para la casa, para la ayuda del sueldo del marido. Pero esto ahora es como una empresa”.

Son ellas las conocedoras del producto. Son quienes mejor entienden la necesidad de mantener un equilibrio con la naturaleza y de dejar crecer las especies. Es tan importante su trabajo para sus familias como para las empresas a las que nutren de los bienes comunes que el mar nos ofrece. Desde los puestos de las plazas hasta grandes compañías familiares. En las playas gallegas es fácil ver a las mariscadoras paseando por la orilla con sus chalecos reflectantes. Están controlando que ningún desaprensivo coja mejillones o percebes de las rocas más cercanas al rompeolas, y de paso, tire por tierra su trabajo y destroce el entorno natural. Puesto que las manos inexpertas pueden dañar la colonia de bivalvos, y la propia roca donde se fijan.

Dentro del mundo conservero, la presencia de mujeres es patente desde el inicio de las primeras factorías, como muestran las imágenes de las fábricas gallegas que se abrieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Familias enteras dedicadas a este duro oficio.

 

Mujeres, las impulsoras de la pesca de Galicia

Más allá de la relación dramática entre Alfonsina y el mar, la participación de las mujeres en las tareas relacionadas con la industria pesquera, de la acuiculturay la industria conservera es fundamental. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que el 47% de los 120 millones de personas que reciben ingresos directamente de la pesca y el procesamiento del pescado, son mujeres, representando el 70% en el caso de la acuicultura (en datos de 2017). La ONG también destaca que las mujeres suponen el 85% de la fuerza de trabajo en empleos como son: la limpieza y destripado del pescado, el llenado de las latas y otros procesos. Pero es raro encontrar mujeres en puestos de alta dirección. Se calcula que en España solo un 27% son mujeres. Esto es algo que se repite en prácticamente todos los sectores. Se llama techo de cristal.

Su entrega laboral ha levantado estos sectores que hoy en día se mantienen, en gran medida, por el trabajo que las mujeres del mar realizan, más allá de la flota pesquera. Tradicionalmente en las zonas costeras han sido las mujeres quienes se han dedicado al marisqueo. Especialmente a la técnica más difícil y peligrosa de todas: la recogida de percebes. Así, las percebeiras, agarradas a las rocas, sin más protección que una cuerda alrededor de su cintura, que evita que el oleaje de la costa gallega se las lleve al mar, han realizado su trabajo durante generaciones. Su dedicación no solo es ejemplo de tesón y valentía, también supone una fuente de beneficios para la industria mariñeira.

 

Industria pesquera: cuestión de derechos

Con la reforma dela Política Pesquera Común (PPC) en 2013, la Unión Europea puso énfasis en la tremenda importancia del trabajo de la mujer en el sector pesquero, en un amplio sentido. Entonces se pusieron en marcha, sobre el papel, una serie de medidas.Hoy el trabajo sigue moviendo a generaciones pero forma parte de uno de los puntos flacos en cuestión de derechos laborales.

El sindicato CCOO de Industria ha interpuesto una demanda ante la Audiencia Nacional, para intentar igualar los sueldos de las mujeres destinadas en los puestos más bajos, cuya remuneración se mueve en una horquilla de hasta 200 euros menos, con respecto al salario mínimo que marca la ley. La organización sostiene que se trata de cuatro categorías profesionales dentro del convenio de conservas de pescado, cuya actividad está cubierta casi por completo por mujeres.

Sin embargo, según datos de la ONU: “cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. Según estudios efectuados en países de la OCDE y en algunos países no miembros, el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo —o una reducción de la disparidad entre la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral— produce un crecimiento económico más rápido”.

Es por ello, que para paliar la desigualdad laboral por cuestión de género, la Unión Europea (UE) he elaborado un Compromiso Estratégico que se centra en:

  • Incrementar la participación femenina en el mercado laboral y la independencia económica de mujeres y hombres.
  • Reducir la brecha salarial de género, los ingresos y las pensiones y, por lo tanto, combatir la pobreza entre las mujeres.
  • Promover la igualdad entre mujeres y hombres en la toma de decisiones.
  • Combatir la violencia de género y proteger y apoyar a las víctimas.
  • Promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo.

Además, 2020 ha sido bautizado como el Año de las Mujeres, y se ha escogido como lema del Día Internacional de la Mujer de este año:

“Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres”.

 

Tradición durante generaciones: la industria pesquera se exhibe en Madrid

Al amparo de los actos conmemorativos del Día Internacional de la Mujer, la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca) ha convocado un encuentro de mujeres del sector, el sábado 7 de marzo de 12.00 a las 18.00 horas, en la Plaza de Colón, en Madrid. Contará con la presencia de mujeres de todas las áreas del trabajo en el mar, que exhibirán sus trajes, instrumentos y aparejos, cebos de pesca (tanto de pesca artesanal como de pesca industrial) con los que cada día trabajan. Una manera de hacer llegar a la gente, en general, la importancia de la tradición de la pesca para la sociedad española y el trasfondo de la misma, con generaciones de familias enteras dedicadas a este estilo de vida.

Con su participación en los actos de Madrid, habrá presencia de las 32 asociaciones de mujeres dedicadas al sector pesquero de Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía, Madrid y Valencia.Con representantes de todos los tipos de pesca, especialmente profesionales de pesca artesanal como: rederas y mariscadoras, así como de comercializadoras y armadoras. La asociación trabaja por mejorar las condiciones de trabajo de estas profesionales y por la consecución de derechos sociolaborales.

Por eso, ha solicitado la revisión de los coeficientes reductores para el colectivo de las mariscadoras y la consecución de los mismos para el de rederas, único colectivo del sector de la pesca que todavía no lo tiene.»Tenemos que luchar por nuestros coeficientes reductores porque hay desigualdad entre el marisqueo de pie y el marisqueo a flote; que las enfermedades profesionales sean reconocidas como tales. Tenemos que luchar por nuestra representación en los órganos de decisión y las comisiones pertinentes«, explica Rita Míguez de la Iglesia, presidenta de Anmupesca.

Por supuesto, la participación de mujeres del sector pesquero en Madrid es importante porque uno de los principales retos a los que se enfrentan las mujeres de la pesca es la igualdad de sueldos y el reconocimiento de actividad. Esto, entre otras cosas, les otorgaría derechos como: prestaciones, pensiones, categoría laboral, paro… que como impulsoras de este estilo de vida tradicional se han ganado a pulso.