El bacalao es un pescado blanco de sabor suave al que se puede acceder durante todo el año, tiene un alto contenido en vitaminas y es una gran alternativa proteínica a la carne gracias a su adaptabilidad, que permite cocinarlo de diversas maneras.
El bacalao, el eglefino y el abadejo son miembros de la misma familia (Gadidae). El bacalao crece, se reproduce y sobrevive en mares fríos, profundos y árticos, por lo que sus zonas de pesca están claramente delimitadas.
El bacalao fresco, debido a sus características nutritivas, ofrece una gran cantidad de ventajas para la salud, lo que lo convierte en un pescado apreciado desde la antigüedad.

¿Qué ventajas tiene para la salud el consumo de bacalao?

El bacalao contiene una variedad de propiedades nutricionales muy importantes y ha demostrado ser útil en una serie de condiciones de salud diferentes, además de ser una excelente fuente de vitaminas y proteínas bajas en calorías (una porción de cuatro onzas de bacalao contiene más de 21 gramos).

Beneficios cardiovasculares del bacalao fresco

Se ha demostrado que las personas con aterosclerosis y cardiopatías diabéticas se benefician del pescado, especialmente del de agua fría como el bacalao.
Según los estudios, las personas que consumen pescado a diario tienen un menor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares que las que no lo hacen.
El bacalao, en particular, es útil para la salud cardiovascular porque contiene ácidos grasos omega-3 que diluyen la sangre, así como una excelente dosis de vitamina B12 y una cantidad decente de vitamina B6, ambas necesarias para mantener bajos los niveles de homocisteína.
Esto es importante porque la homocisteína es una sustancia química potencialmente dañina que afecta directamente a las paredes de los vasos sanguíneos, y los niveles altos de homocisteína están relacionados con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. (La homocisteína está relacionada con la osteoporosis, y una investigación reciente indicó una mayor tasa de osteoporosis en mujeres con niveles bajos o límite de vitamina B12 en comparación con las que tenían niveles normales de B12). El bacalao también es una excelente fuente de niacina, una vitamina B que se utiliza con frecuencia para reducir los niveles excesivos de colesterol, que pueden provocar enfermedades cardíacas.

Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 mejora el estado de ánimo, evita la obesidad y reduce la depresión.

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio examinaron muestras de sangre de 43 personas mayores (con una edad media de 67 años) y descubrieron que quienes tenían una proporción elevada de omega-6 respecto a omega-3 presentaban mayores niveles de diversas sustancias químicas inflamatorias, además de ser más propensos a sufrir depresión y obesidad.
Las enfermedades cardíacas, la diabetes de tipo 2, la osteoporosis, el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer se han relacionado con la obesidad crónica. Los niveles más altos de citoquinas proinflamatorias también se han asociado a los síntomas de la depresión en las primeras investigaciones epidemiológicas (de población). Según este nuevo estudio, el consumo de una dieta rica en grasas omega-6 pero baja en grasas omega-3, como la dieta tradicional estadounidense, no sólo favorece la obesidad, sino también la tristeza.
En el lado positivo, aumentar el consumo de alimentos ricos en omega-3 mientras se disminuye el consumo de alimentos ricos en omega-6 puede dar cierta protección contra la depresión, especialmente si los síntomas de la depresión empeoran.

El bacalao es una buena fuente de ácidos grasos omega-3.

El pescado de agua fría, las nueces y las semillas de lino, por ejemplo, tienen un alto contenido de omega-3. El omega-3 que contienen los frutos secos y las semillas, el ácido alfa-linolénico (ALA), puede transformarse en el cuerpo, aunque de forma ineficaz, en los omega-3 del pescado, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).

El EPA mejora el flujo sanguíneo y se cree que tiene un impacto en las hormonas y el sistema inmunológico, todo lo cual tiene un impacto en la función cerebral. El DHA interviene en el metabolismo de la serotonina (una menor generación y/o actividad de la serotonina desempeña un papel crucial en la depresión) y es activo en los canales iónicos de las membranas del cerebro, lo que les facilita la alteración de la forma y la transferencia de los impulsos eléctricos.

Una última palabra de sabiduría

Pasar un buen rato. Reduzca las fuentes de grasa omega-6, incluida la carne de vacuno, así como los aceites de maíz, palma, cacahuete y girasol. Coma todos los días un puñado de almendras ricas en omega-3 y, al menos tres veces por semana, un plato de pescado de agua fría como el bacalao.
Tu salud y tu actitud lo agradecerán.