La flota cefalopodera puede respirar tranquila. El Parlamento Europeo acaba de aprobar los acuerdos suscritos entre la Unión Europea (UE) y tres países de África Occidental que garantizan la pesca continuada en los próximos años. Con esto, los buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu. Rico en pulpo y sepia.

Se trata de la renovación de los pactos suscritos con Guinea Bisáu, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe. Cuyas gestiones se han extendido más de dos años y que aún tenía un último escollo por superar: recibir el visto bueno del Parlamento. Que estaba previsto para marzo, pero el parón que ha provocado el coronavirus ha retrasado la votación. El 17 de junio la Eurocámara dejaba esta fase superada. Ofreciendo un respiro de tranquilidad a 150 barcos comunitarios de los cuales, 54 son españoles. Que se beneficiarán durante los próximos años de faenar en los caladeros de África Occidental.

Las nuevas posibilidades de pesca, costarán a la UE cerca de 17 millones de euros. Pero proveerán de actividad a nuestros pesqueros. Entre los que se encuentran arrastreros congeladores, atuneros cerqueros y cañeros, y palangreros de superficie. La portavoz socialista de la Comisión de Pesca en el Parlamento Europeo, destacó que la flota española es la mejor parada puesto que cuenta “con mayor número de licencias en estos acuerdos”.

Un futuro estable para 16 buques gallegos

El Parlamento ha dicho sí. Y con él se abre una nueva etapa. Los cefalopoderos gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu. Fundamental para una flota castigada hasta la extenuación en los últimos años. En los que ha visto cómo iba desapareciendo poco a poco.

El acuerdo alcanzado con el país africano es de vital importancia para Marín y Vigo, origen de la mayoría de los buques que componen la flota cefalopodera española. Estos pactos incluyen ampliar las zonas donde los pesqueros europeos pueden faenar. Pero son los buques gallegos los más beneficiados. Desde que acabó el anterior acuerdo, se habían visto obligados a andar cambiado de zona de captura constantemente, las especies… llegando a desaparecer el 80% de la flota en activo.

La finalización del acuerdo con Marruecos y la expulsión de los pesqueros de las aguas de Mauritania en 2012, abrieron una etapa de gran incertidumbre y angustia para nuestros pescadores. Algunos de ellos, incluso tuvieron que dedicarse a otras especies como la merluza o el jurel.

La Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Pesca de Cefalópodos (ANACEF), señala como estas tripulaciones lo han pasado muy mal. Por fin podrán dedicarse a o que mejor saben hacer: capturar cefalópodos.

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Bases del nuevo pacto de pesca con Guinea Bisáu

La renovación del acuerdo de pesca por el que los buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu, marca un antes y un después para nuestros mariñeiros. Supone algunos cambios con respecto al último pacto firmado en 2014:

  • Licencias para la flota gallega: 16 concedidas frente a las 10 del pacto anterior. Así, incluye a todos los barcos que han sido capaces de resistir después del varapalo que supuso Mauritania.
  • Licencias específicas para cefalópodos: la flota vuelve a dedicarse a su especialidad, la captura de pulpo, presente en estos caladeros algunos meses del año. Y sepia y calamar.
  • Duración de 5 años.
  • Incluye a 54 buques de la flota española: representan el 36% de las licencias concedidas a pesqueros europeos.
  • Da acceso a las pesquerías mixtas: es el único acuerdo por el que se accede a ellas. Donde los mismos buques pueden capturar distintas especies en el mismo caladero.
  • Tercer caladero más importante en África: el pacto con Guinea Bisáu es muy importante en términos de actividad para la flota española. Después del de Marruecos y Mauritania.

 

Pesca atunera en África Occidental: el otro objetivo

La firma con Cabo Verde supone la ampliación de la zona de captura de atún para los atuneros europeos. Este pacto otorga licencias a 69 atuneros (españoles, portugueses y franceses). Amplía el tonelaje anual un 60%, pasando de las 3.000t de 2017 a las 8.000t actuales. Pero las licencias alcanzan los 600.000 euros al año.

Asimismo, el suscrito con la República de Santo Tomé y Príncipe, permitirá la pesca a 16 atuneros cerqueros españoles (de las 28 licencias totales concedidas) y 5 palangreros de superficie españoles, además de uno portugués.

Estas licencias son un desahogo para nuestros buques especializados, aunque a gran precio. A pesar de promover la actividad de la flota europea, los acuerdos están suscritos en clave de pesca sostenible impulsada por la propia UE. Ya que se trata de especies afectadas por la sobrepesca, como el atún o el pulpo.

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Buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu: duro camino marcado por la supervivencia

El nuevo acuerdo suscrito con Guinea es la nueva versión de una relación sellada en pacto, que comenzó en 2007. Desde el principio el objetivo era ayudar a los pesqueros del Sur de Europa para que tuvieran el espacio necesario donde desarrollar su actividad.

España, Portugal, Italia y Francia, han sido las flotas beneficiadas con esta relación. Unos acuerdos que han costado millones de euros de las arcas comunitarias en forma de fondos de desarrollo. Y que habría permitido el suministro de un gran porcentaje de los productos del mar, en los mercados europeos.

 

Entre un golpe de Estado y el pasotismo europeo

Sin embargo, en estos años han sido muchos los altibajos. El peor momento para la flota española que faenaba en el caladero guineano se vivió en 2012. Cuando el país africano sufrió un golpe de Estado por el que se rompieron las relaciones internacionales.

El acuerdo de pesca quedó entonces parado. Y los buques españoles se vieron en una difícil tesitura. Dos años después, en 2014, el acuerdo se retomaba al mismo tiempo que el país africano recuperaba cierta estabilidad política.

Desde que finalizara este último en 2017, hasta hoy han pasado tres duros años para los cefalopoderos. Que han visto como su flota se reducía un 80%, quedando apenas 16 buques en activo. Nómadas y chaqueteros de supervivencia, en un intento por evitar el desguace. La UE no parecía muy interesada en sacar las negociaciones adelante. Y sin acuerdos ni protocolos, no quedaba otra que pescar lo que hubiera. Principalmente merluza negra y jurel.

Como agua de mayo tras el coronavirus

El de ahora, es un pacto que llega como agua de mayo tras el parón y las pérdidas que ha supuesto el coronavirus para el sector pesquero. Con los buques amarrados en puerto y una gran cantidad de la flota en aguas de alta mar sin posibilidad de volver a casa.

Mientras la actividad pesquera retoma poco a poco la normalidad. Si los buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu de la mano de esta nueva firma, se avecina un futuro inmediato lleno de esperanza. Donde parece más cerca la recuperación económica para flota, después de estos meses perdidos entre la inactividad y la desconfianza de los mercados.

 

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Unos pactos marcados por los criterios de pesca sostenible

Los tres pactos de colaboración son acuerdos de pesca sostenible. Supone mucho más que la reactivación de parte de la flota. Se trata de un paso más hacia el equilibrio medioambiental en la actividad pesquera internacional.

Forman parte de los Acuerdos de Colaboración en el Sector Pesquero con países del Sur. Donde las posibilidades de pesca cedidas a nuestra flota, tienen como contrapartida una aportación económica. Además de que los buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu, también adquieren obligaciones. Deben cumplir con la normativa que regula la UE, algo muy importante para estos caladeros, tradicionalmente focos de explotación masiva:

  • Refuerzo de la gobernanza en materia de pesca: de los países africanos.
  • Práctica de pesca sostenible: cuotas, control de capturas y artes de pesca… para europeos.
  • Suministro de pescado a la población: garantizando la salud y una dieta equilibrada.
  • Desarrollo del sector pesquero: incluye compromisos de Responsabilidad Social donde se ayudará a mejorar las infraestructuras, como puertos. Y a compartir los avances científicos para garantizar la biodiversidad de los caladeros. Y activación de la industria pesquera local (colaborar para generar valor añadido).

Estas pautas garantizan un acuerdo de equilibrio entre la UE y los países africanos, donde se evitan prácticas propias de la industria extractiva.

 

La Xunta de Galicia destina 77 millones para activar el sector pesquero

El que los buques gallegos recuperan el caladero de Guinea Bisáu no es la única buena noticia. Después del parón y las pérdidas que ha supuesto la crisis del coronavirus para el mar y la industria. La Consellería do Mar de la Xunta de Galicia ha anunciado que destinará 77 millones de euros para reactivar el sector pesquero. Se concederán cuantías en forma de ayudas procedentes de fondos europeos. Además de otras de fondos propios de la Xunta de Galicia.

Junto con la posibilidad de volver a faenar en los caladeros africanos, supone otra inyección para que el sector pesquero y las familias que dependen de él, vuelvan a estar como antes de la pandemia. Para su gestión, la Xunta de Galicia ha puesto en marcha el plan Avantemar.

Según la Consellería do Mar, el sector ha perdido “25 millones de euros en primera venta, casi 60 millones de euros en pérdidas inducidas por la falta de actividad y más de 500 millones de euros en el conjunto de la cadena mar-industria”.

Ningún trabajador del mar atrás

Avantemar cubrirá también a los trabajadores del mar que no entran en los requisitos para recibir las ayudas del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). Podrán beneficiarse los pesqueros que cumplan estos requisitos:

  • Barcos con puerto base en Galicia
  • Inscritos en el Registro de Buques Pesqueros de Galicia
  • Registro de pérdidas entre el 14 de marzo y el 15 de mayo de este año: valoradas en una caída en la facturación “superior al 25% por las ventas efectuadas en lonjas de Galicia en relación a la media, obtenida en el mismo período, de los tres ejercicios anteriores (2017, 2018 y 2019)”, según indica la Xunta de Galicia.

Cofradías, lonjas y mariscadoras y mariscadores, también están incluidos en el la gestión de ayudas de la Consellería do Mar.