Para consumir el pescado, la mejor opción es consumirlo fresco y a poder ser del día, pues es cuando mejor está y conserva más nutrientes. Lo que sí es cierto, no siempre nos podemos permitir el lujo de consumir el pescado fresco, además que también debemos saber cómo reconocer cuando es pescado fresco o no

Como ya sabes, el pescado es un alimento muy vulnerable y perecedero y, debemos tener en cuenta una serie de factores para garantizar su seguridad y calidad. Por otro lado, no cabe duda de que se trata de uno de los protagonistas imprescindibles en nuestra dieta alimenticia, gracias a los numerosos beneficios que nos aportan a nuestra salud

Con todo, en muchas ocasiones tenemos muchas dudas en relación a cómo podemos cocinarlo o qué pescados podemos elegir, pero también en cómo debemos conservarlo para garantizar su excelente conservación. 

Aunque también es cierto, muchos pescados congelados no tienen nada que envidiarle a  los frescos. Lo que sí es innegables es que la calidad de éste último es superior. Sin embargo, siempre pueden surgir inconvenientes, pues no siempre podemos consumirlo fresco del día. 

¿Cómo conservar el pescado fresco durante más tiempo? 

Hay pequeños detalles que debemos tener en cuenta a la hora de conservar el pescado fresco durante más tiempo:

  • Cuanto antes lo compres, mejor. Como dice el refrán, a quien madruga dios le ayuda, y nunca mejor dicho. Lo habitual es encontrar el mejor pescado a primera hora de la mañana, pero esto no siempre es posible por motivos de disponibilidad horaria. También es verdad que a última hora puedes encontrar ofertas suculentas, pero también deberás asegurarte de la calidad del pescado.

  • Cuanto menos tiempo fuera de la nevera, mejor. El pescado debe permanecer el menor tiempo posible sin refrigerar, por lo que deberá ser lo último que compres antes de marcharte a casa siempre que sea posible. Te recomendamos que, cuando vayas a preparar pescado, lo compres en el momento y lo lleves directamente a casa.
  • Fíjate en la procedencia del pescado. El etiquetado del pescado ya es obligatorio, por lo que si nos fijamos en su procedencia nos dará una pista de cuántos días han pasado desde su captura, un factor importante también para saber su nivel de frescura.
  • Evita al máximo los golpes. A poder ser, asegúrate de que el pescadero protege correctamente el pescado que compres, pues así lo podrás transportar con la certeza de que no lleve ningún golpe, y así evitarás que la textura de la carne se vea afectada.
  • En la nevera, no más de dos o tres días. Para conservarlo correctamente en la nevera, debemos mantener una temperatura constante entre 0ºC y 4ºC, en la zona más fría a ser posible. Además, también puedes empapar un trapo y dejarlo húmedo, envolviendo con este el pescado y revisando que no se seque de vez en cuando.
  • La sal, un aliado para pescados pequeños. En el caso de pescados como sardinillas o boquerones, se les puede echar también un poco de sal gruesa que ayuda a su conservación, dificultando así el desarrollo de  bacterias. Eso sí, luego hay que recordar no volver a añadir sal en el momento de consumirlo.

En el caso de que vayas a consumir el pescado crudo, deberemos congerlarlo para evitar el anisakis.