El Sargo es un pescado azul muy propio de nuestra tierra. El Atlántico, el Cantábrico y el Mediterráneo son los mares que lo acogen. Un pez parecido a la dorada, con cuerpo plateado y aspecto ovalado, que guarda una carne limpia y suave. Ideal en cualquier elaboración, destaca especialmente en las preparaciones al horno y a la brasa. Donde el calor penetra poco a poco en él, ofreciendo al paladar un suave sabor con un toque que recuerda el ahumado. Sargo, el pescado azul para saborear el invierno.

Un pez que sabe comer

El sargo adora a los percebes y a los mejillones. Dos de las especies mejor valoradas del marisco gallego. Muy nutritivas ambas además de sabrosas, especialmente los mejillones. Este tipo de alimentación obliga al sargo a acercarse a la costa rocosa donde agarra con su fuerte mandíbula a sus presas.

 

Una alimentación que muestra dos cosas:

  1. Que es un tipo muy listo
  2. Que al comerlo nos alimentamos bien

 

Somos lo que comemos. Y nuestra salud y el buen estado de nuestro sistema inmunológico dependen en gran medida de los alimentos que ingerimos. Por eso, cuando comemos pescado es importante que se trate de un pez que, a su vez, coma bien y lleve una vida saludable. Y el sargo es un buen representante.

 

Un pez en forma, lleno de grasas buenas

El sargo se enfrenta a diario a la lucha contra el fuerte oleaje de la costa gallega. Esto hace de él todo un “deportista”. El ejercicio que hace para poder comer y el tipo de alimentación que lleva, hacen de él un pescado en buena forma. Un maravilloso pescado azul para saborear el invierno y quitarse las penas.

Eso se traduce en un aporte proteico muy alto, nada de azúcares y grasas de las buenas, la gama de insaturadas. Además de aportarnos una buena cantidad de los minerales que necesitamos como el potasio, fundamental para:

 

  • El correcto funcionamiento del sistema nervioso
  • Los músculos
  • El corazón
  • Permite el transporte de los nutrientes al interior de las células
  • Facilita la eliminación de residuos del cuerpo

 

Además, es rico en otros minerales como el fósforo, el calcio y el magnesio. Y en vitamina B3 (niacina), fundamental para que nuestras células funciones correctamente.

 

Sargo, el pescado azul para saborear el invierno, pescado al horno

 

 

Sargo con patata asada y ensalada de rúcula con frutos secos

 

Esta receta es una excelente combinación de alimentos, ricos en vitaminas y minerales. La ensalada es el complemento ideal para acompañar a este sabroso pescado azul para saborear el invierno con ilusión. Ahora que pasamos más tiempo en casa, vamos a mimar nuestra dieta y nuestro paladar con recetas sencillas y muy ricas.

 

Ingredientes (4 personas)

  • 2 Sargos
  • 4 Patatas grandes
  • 1 Cabeza de Ajos
  • Eneldo
  • Perejil
  • Pimienta negra sin moler
  • Jengibre en polvo
  • 1 Vaso de Caldo de Verduras
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Sal

Para la ensalada:

  • 500 gr de Rúcula
  • 5 Castañas
  • 6 Nueces
  • 4 Dátiles
  • 1 Manzana
  • Aceitunas negras
  • 1 Limón

Preparación de este fantástico pescado azul para saborear el invierno (50’)

 

  1. Lava el pescado. Baña a los dos sargos (ya eviscerados en la pescadería) bajo el agua fría del grifo. Déjalos aparte en un plato.
  2. Prepara el horno. Mientras el horno se precalienta a 180 grados:
  • Pela las patatas y los dientes de ajo
  • Corta en rodajas las primeras y pica el ajo junto con las hierbas (el perejil, el eneldo y el jengibre).
  • En una fuente grande para horno, echa un chorro abundante de aceite, reparte algunas bolitas de pimienta y una parte de la majada (debe quedar suficiente para las patatas y el pescado).
  • Reparte las patatas por la fuente bañándolas en un poco de aceite y sal. Y un buen chorro de caldo de verduras. Y parte de la majada. Mete en el horno 30 minutos.
  • Pasado ese tiempo, pincha con un tenedor las patatas para comprobar que están tiernas. Coloca encima de ellas los dos Sargos con unos ligeros cortes a lo ancho de sus lomos para permitir que penetre el calor y el sabor de las hierbas. Baña el pescado con un chorrito de aceite, una pizca de sal y el resto de la majada. Mete al horno durante 15-20 minutos.
  1. Prepara la ensalada. Mientras el horno trabaja el pescado, ponte con la ensalada.
  • Coge una fuente grande y reparte la rúcula, ya lavada y escurrida.
  • Pela y corta en porciones de bocadito: las castañas, las nueces y la manzana. Los dátiles solo tienes que cortarlos por la mitad, sacar el hueso. Y hacer taquitos. Son muy dulces, por eso lo bueno es encontrarse trocitos pequeños en la ensalada.
  • Una vez que saque el pescado del horno, aliña la ensalada con: aceite, sal y limón. Y añade las aceitunas.

 

Consejos:

  • La patata tiene que estar cortada en rodajas muy finas para que el calor la ablande rápido. De vez en cuando mientras está en el horno, baña las patatas con la salsa de la fuente y la ayuda de una cuchara.
  • Usa limón en lugar de vinagre en tu ensalada: le dará un toque fresco. Y su sabor cítrico frutal casa fenomenal tanto con la manzana como con los frutos secos.

 

 

 

 

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